Así, entre los ya casi extintos efluvios alcoholicos, me he lanzado a realizar esta entrada allí.
Naná señala un dato: esaba sobrepasada de azúcar hasta dar tintes de ketchup. Error mío al usar azucar morena
- Sobre la realización
- Al no emplear la olla, se notaba demasiado la zanahoria que aportaba una textura crunchi no de3seada (quizá interesante en otras ocasiones)
- El mole ha jugado su papel (Naná no lo ha detectado).
- Al llevar también guindilla el punto de picante estaba en el límite.
- La carne estaba jugosa como pocas veces he conseguido con una carne picada.
- Ni orégano ni laurel por lo que el sabor 'italiano' ha quedado fuera de juego. Llevaba una pizca de perejil seco.
- Sobre el sabor en boca
- La pasta, la salsa y la carne conservan su identidad, sus sabores no interfieren y se complementan. Se podrían realizar variaciones condimentándo la carne de manera que hubiera una mayor continuidad.
- La pasta mantiene su personalidad; la salsa no la impregna, la complementa.
- No hay un bodaco de los tres componentes (salsa, pasta y carne) simultáneamente en boca, sino en parejas: unas veces la salsa con la pasta y otras la salsa con la carne. Esto está en la esencia de la pasta: un elemento de apoyo, como el pan.
- Honestidad
- Dicen que es una virtud, afirmación que a estas alturas de la historia deberíamos reescribir, aunque como no es el lugar ni el momento, la consideraré válida.
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